Por Jose Armando Toribio
Santiago.-El carnaval dominicano constituye la fiesta más importante del país y la más trascendente para refrendar la cultura popular con un sentido de libertad e identidad. Empieza en febrero en las diferentes ciudades del país, y en otras ciudades se realizan en los meses siguientes y culminan en Santo Domingo donde desfilan todos los representantes de cada ciudad.
No estoy en contra de la celebración de esta denominada “tradición cultural”, nunca lo estaré, tampoco tengo derecho a impedirle al ciudadano común que la célebre como le plazca, es su vida, vívela como mejor te venga en gana, sin importar las consecuencias.
Tanto en Santiago, como en la Vega son las dos ciudades que concentran mayor cantidad de personas que en los Carnavales en el País, porque tiene su tradición de celebrarlos los 4 domingos de Febrero y eso le ha dado un plus, que lo ha colocado como los favoritos de los Dominicanos. Existen otras ciudades como Montecristi, San Francisco de Macorís, Cotui, Bonao, San Pedro de Macorís y Moca es la ciudad en donde no se deicidio celebrar este evento, porque indiferencia entre autoridades, es lo que digo este año inició con el pie izquierdo.
Veamos algunas de las intríngulis que me permiten estas palabras, luego de que la pandemia terminó, el carnaval salió a las calles. Pero, se podría decir que, este año salió de su casa con el pie izquierdo. Veamos el porqué:
En Santiago el carnaval redujeron las cuotas de las comparsas y grupos de lechones. Lechones y comparsas se revoloteaban, amenazaron con regresar al barrio, lugar natural de la actividad carnavalesca en Santiago. Dejar el Monumento solo no estaba previsto.
En La Vega: El carnaval más viejo de la isla, dicen los veganos, fue vapuleado por un intruso que se hace llamar Alofoque. El entrometió quiso introducir la Cerveza República para competir –sin desembolsar ni un chele con la cerveza Presidente que, invirtió diez millones de pesos.
El tribunal sentenció: la Cerveza República debe salir del escenario competitivo, en otras palabras, los mandó a freír tuzas.
Los diablos veganos espantaron el chantaje, pero, volvió a Santiago. El domingo pasado, la muerte enlutó el populoso carnaval de la Ciudad Corazón. El deseo de quitarle una bocina a un ciudadano en medio del carnaval envió al abismo a un niño ejemplar.
En realidad los carnavales dentro y fuera de RD son un espectáculo de fiesta, colorido y alegría, no veo porqué hay motivo, para entretenerse, y un dato fundamental, la muerte de este menor en Santiago, apagó en su totalidad a la ciudad de Santiago, porque todos los eventos que iban a realizar fueron suspendidos y pospuesto para fechas luego.
Sin lugar a dudas que el Carnaval inició con el pie izquierdo es síntoma de que los organizadores deben sentarse y analizar la situación, y brindarle al pueblo un espectáculo que por tradición se ha venido celebrando, sin ningún contratiempo.